jueves, 13 de febrero de 2014

Viajar con niños es divertido. Parte 1

A veces se transmite la idea de que viajar con niños es imposible, engorroso, complicado....desde mi experiencia como viajera pre-niños y ahora con niños puedo deciros que no sólo es posible si no una experiencia maravillosa. Al margen de que el viaje y el lugar de destino merezcan la pena, viajar con niños te permite re-descubrir el mundo a través de sus ojos, darle importancia a detalles que como adulto a veces ya nos pasan desapercibidos y disfrutar al máximo de cada pequeñísimo detalle del camino. A los que os guste viajar y vayáis a tener niños os aconsejo que nadie os quite las ganas porque con unos pequeños ajustes estos viajes se convierten en la salsa de la vida, en un aprendizaje para todos, papás y niños. En recuerdos imborrables para la familia y en una unión y complicidad entre todos. Yo soy de la teoría de que las parejas no se conocen verdaderamente hasta que no han viajado juntas. Pues con los niños es igual. Hasta que no te has visto en mil situaciones insólitas, has toreado situaciones complicadas como una caca explosiva a punto de coger un AVE en una estación sin cambiador o te las ha apañado para que cene en Suiza a las once de la noche no sabes lo que te estás perdiendo. Es muy "divertido" solventar estas cosas...pero también insustituible por ninguna otra experiencia. No te lo pierdas, de verdad.

Las vistas desde el tren o el avión se re-descubren:


Las flores del camino se transforman en verdaderas maravillas. Nunca habíamos pensado que aprender a deshojar una margarita pudiera ser tan sumamente especial. Mi niña que es muy positiva las deshoja diciendo "sí, sí, sí"...el resultado es previsible pero le encanta jiji.


Un viaje en metro puede ser una aventura de ruidos, gentes, caras, movimiento. Este viaje a Barcelona fue el primero de muchos de los que hemos hecho juntos, le tenemos mucho cariño. Lo hicimos cuando Lu tenía 3 meses y nos rompió muchos falsos mitos y las barreras para no parar.



Las camas de los hoteles se prueban a conciencia, a un nuevo nivel que implica saltos, desplazamientos, capacidad para juntar camas, pegarlas a la pared, inventarse mesillas, en fin, todo un mundo para mejorar la comodidad de todos.



Nunca sabes qué amigos puedes hacer esperando un avión o paseando por un bosque pero eso sí, el viaje siempre estará lleno de experiencias inolvidables.


Un viaje en barco puede ser la mayor de las aventuras si tu bebé ya camina y quiere ir de proa a popa, probar los salvavidas o visitar la cabina de control. Eso sí, dar teta con un paisaje espectacular y el viento dándote en la cara con tu niña preciosa riendo es de las cosas más bucólicas que he hecho.


Sólo desde que nació Lucía (y no estamos incluyendo un viaje a Mónaco embarazadísima de 35 semanas ;)) hemos viajado por gran parte de la geografía española (Alicante, Barcelona, La Rioja, Córdoba, Madrid, Guadalajara sin contar nuestros mil viajes Málaga-Ciudad Real...) si no que también hemos hecho algunos viajes por Europa (Suiza, Alemania...) Y ya tenemos planificados viajes transoceánicos, no sólo con Lucía si no también con nuestra pequeña Maya, así que creo que podemos aportaros una experiencia interesante. Vamos a escribir algunas entradas contando cositas que a nosotros nos han funcionado muy bien y que quizá puedan servirte de ayuda si aún te da miedo viajar y lanzarte. No te las pierdas ;)

¿A qué estás esperando? ¿Cuál es tu próximo destino?

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