miércoles, 25 de abril de 2012

Libros vs electronica

Con motivo del día del libro he estado dando vueltas en la ducha (el único rato que he tenido para pensar en algo que no sea directamente Lucía-casa-trabajo) a un tema que me trae de cabeza. Siempre me ha encantado leer, desde muy pequeña me pasaba las horas muertas leyendo y creo que por eso guardo un recuerdo especial de los libros de mi infancia. Algunos los tengo repegados por el lomo, otros ya amarillean y otros me llenan de nostalgia con sólo cogerlos.  La mayoría de los libros para niños los tengo en el estudio esperando que llegue el momento de que mi pequeña los lea. Antes no tenía ni hijos y ahí los tenía preparaditos, ya parece que el momento está cada vez más cerca. Guardo incluso los libros de lecturas de clase que me marcaron especialmente. ¿Siguen existiendo en la actualidad? ¿Los leen en los colegios? Lo desconozco pero algunos a mi me encantaban. Mucho más que muchas clases magistrales completas. Pero bueno...ese es otro tema.


Guardo libros de cuentos, de lo Gnomos, de Hadas, algunos de los Hollister heredados de mis tíos Susana y Manu, tengo algunos de Los Cinco, que eran muy divertidos, eran un montón de hermanos con muchas aventuras y yo que fui hija única hasta los 10 años me pasaba los ratos imaginándome tener muchos hermanos para hacer esas mismas cosas. Libros de siempre (Heidi, Marco Polo, Mujercitas), que me compraba mi madre en Celso García y que se conservan como el primer día (debo tener una pizca de esa enfermedad de guardarlo todo porque tienen pegadas las etiquetas y siempre me negué a quitárselas). También guardo con mucho cariño al libro de Fábulas de Samaniego que mis hermanos me pintarrajearon pero que yo leía y leía y me encantaba captar claramente el significado y aplicarlo en cosas cotidianas, una que debía ser muy sabiondilla. Uno de los que más cariño tengo de la colección del Barco de Vapor es el de Bibiana y su mundo, cuanto lloré con esa historia, madre!. Le tengo además un cariño especial porque con ese libro era con el que yo realizaba intercambios en clase. Lleva dentro una ficha donde cada una se anotaba por un periodo determinado y se comprometía a devolverlo. Así cada uno compraba un libro pero teníamos acceso a muchos. Me encantaba!!. Estos libros estaban fenomenal, es más recuerdo que alguna compañera del cole los tenía todos!!....cuando fui a su casa aluciné, no recuerdo quien era ni donde vivía, pero sí recuerdo las colecciones diferenciadas por colores según edad, era un gran tesoro!!.



Recuerdo con cariño el libro de Momo que me hizo tener un sueño que se me repitió varias veces en mi infancia o el Hobbit que hasta bien mayor no conseguí entender pero alguien me había dicho que era para niños y yo muy diligente me lo leía una y otra vez. Hay unos libros de SM que me gustaron mucho, como el Largo Viaje de Lukas K, ya una novela más dramón que leí siendo adolescente. Tengo mis primeros libros de literatura algunos más infantiles, otros más de mayor (El Libro del Buen Amor o El Cid Campeador que nos obligaban a comprarnos), unos que me marcaron más (recuerdo alguna obra de teatro genial como Eloísa está debajo del almendro o un librito que tengo con extractos de Machado, o las poesías de Bécquer que memoricé de pe a pa), otros que guardé con la promesa de retomar y ahí siguen. Incluso tengo una colección de Julio Verne del que algún volumen no llegué a estrenar. Tengo también mi Quijote para niños con divertidas ilustraciones, incluso una Biblia para niños, que al margen de mi orientación religiosa, me sirvió para entender muchas cosas con historias sencillas...cuántas casas han recorrido ya mis libros, cuántas mudanzas con la esperanza de que algún día pudiera contarle a mi hija, cuánto han significado para mí. He perdido algunos por el camino, juraría tener El Principito que no aparece, ni Fray Perico y su borrico, que cumplió los 30 casi a la vez que yo y que seguro fue la primera lectura de muchos....que recuerdos!! Parece que hasta hizo saga y tiene 8 libros! Yo sólo me leí el primero.



Con mi niña hemos empezado poco a poco. Por el momento tengo en la cuna (en la que no duerme Lucía y que me sirve como mesilla) como dos o tres cuentos que leemos con Lucía antes de dormir (cuando resiste y no cae dopada con la teta). Uno tiene animalitos con texturas y solapas y hacemos el cucu-tras, otro tiene crías de animalitos escondidas, la pata tiene debajo dos patitos, la perrita, el cachorrito...otro es muy divertido porque pone rasgos equivocados (patas de pato a una rana, nariz de cerdito a un caballo, y muchas mas) y hay que adivinar de que animal se trata. También están los míos, la trilogía de Carlos Gonzalez que ya me la tengo trillada, el de Dormir Sin Lágrimas de Rosa Jové y La Maternidad y el encuentro con la propia sombra de Laura Gutman que ya me queda poquito. Pero lo cierto y a eso viene esta entrada, es que cada vez leo menos libros. A pesar de que soy fan del olor a papel. Me encanta localizar marcapáginas que sean especiales para mí (los voy recopilando en los viajes), y me chifla recostarme antes de la siesta o algunas noches a leer...lo cierto es que voy perdiendo la costumbre.


Ùltimamente tengo los libros que más me interesan en pdf o en epub y los voy leyendo con el ipad. Le encuentro grandes ventajas. Por ejemplo puedo leer con una sola mano, incluso con un solo dedo, mientras tengo a Lucía en brazos, mientras teteamos, de lado, del otro, boca arriba, boca abajo, he descubierto un libro-sutra que, aunque está terminando con mi espalda, es lo qué más practico, si no, es difícil encontrar el momento. Además en los viajes no tengo que plantearme que libro pesará menos en la maleta, y eso es un logro! He cambiado de libro si tenía un viaje en avión porque el librito de marras me pesaba un quintal, ¿no os ha pasado nunca?. También puedo leer en el tren una vez que Lucía termina agotada de juguetear y puedo hacerlo sin moverme del sitio, con una mano, poniendo el ipad como si fuera un marco de fotos, casi imposible si tuviera que manejar un libro grande. Para eso usar la tableta o los lectores de libros es tan cómodo!. También me encanta poderlo subrayar, colorear, señalar....especialmente ahora que ando inmersa en libros de crianza y maternidad en los que voy aprendiendo en cada capítulo cosas que no quiero dejar pasar y frases estupendas que voy recopilado para que no se me olviden. Pero de repente tengo una inmensa melancolía....¿crecerá Lucía sin valorar lo que es un libro?. ¿La maravilla del olor de los libros?. ¿Se perderá el sopesar cuanto te queda para acabar el libro así a peso?. ¿Se perderá irse casi a escondidas a la última página a ver si da con una clave de la trama? ¿Se perderá dormirse con un libro encima porque no sea capaz de desengancharse de un capítulo? ¿Se perderá la sensación de ir a una librería y perderse por las estanterías sin saber donde elegir? Antes lo hacía mucho en la Fnac y la Casa del Libro, ahora disfruto en Birdy una librería preciosa que tengo en Ciudad Real donde me tomo un café mientras elijo lectura. Donde me apuntan en un cartoncillo las compras y tengo un 10% en el décimo libro. El sistema es curioso porque han conseguido que no bajemos de tres cada vez que nos asomamos, lo que hace una oferta a un español!, jaja.


No quiero que mi hija se pierda esas cosas así que, aunque seguiré aprovechándome de las nuevas tecnologías, intentaré mantener la costumbre de localizarle cuentos, de sacarle mis libros guardados con tanto esmero, contarle con emoción las historias que narran y hacer que pueda valorar un tesoro que quizá con las nuevas tecnologías esté a punto de perderse, o al menos, reconvertirse.


Me encanta que exista la Feria del Libro, que no deje de festejarse para que sea un día de búsqueda del libro perfecto, del libro que más te apetece en el momento, que nos recuerde cuánta sabiduría, cuántas aventuras, cuántas emociones se transmiten con ellos y que hacerlo a la antigua usanza también tiene sus encantos. Me siento un poco mayor y anclada en el pasado empeñada en mantener estas costumbres y quizá dentro de unos años nos riamos de estos y leamos todo en formato electrónico...quizá esto sea como intentar mantener la música en soporte vinilo.....pero al menos lo habremos intentado. En este empeño rescato algunas iniciativas que he leído estos días.

Mi amiga Ana Mellinas le ha regalado a su peque su primer carnet de biblioteca.Me parece una idea genial, en cuanto Lucía lo entienda, se lo saco, me apunto la idea!. ¡¡Cuántas horas habré pasado en una y que ambiente tan particular se respira en ellas!!.  Otra idea brillante es la del rincón de lectura que nos comenta Sarai Llamas. Hacer un rincón acogedor donde perderse en las aventuras me parece una buena manera de encaminar esta tradición.


Tener una alternativa a los juegos, sentarse un ratito a ver ilustraciones, leer poesía, contar un cuento o preparar una obra de teatro para representar en casa me parece una buena excusa para empezar. Tomo nota de sus ideas sobre montar  un rincón para soñar. Ya estoy preparando ideas para montar el suyo donde seguro que cualquiera de los 4 (si es en el suelo y acogedor, ni Leyre se va a resistir) nos podamos tirar a montar nuestros teatrillos o hacer lecturas en alto. Le voy a poner la música cerquita que si nos cansamos nos podemos poner a bailotear tambien, escuchar música agradable de fondo o a leer o escribir las letras de las canciones que más nos gusten. Decidido, el rincón de lectura, el rincón de los sueños, es imprescindible.


¡Venden material literario para niños y bebés estupendos!. Tengo una lista de cosas que iré comprándole a Lucía, y otras que tengo ganas de localizar y que he visto fuera de España, como guías de museos para niños para que se pasen la mañana entretenidos haciendo una especie de gymkana. Los recursos didácticos actuales son casi ilimitados. Por eso reconozco, que aunque no creo que Lucía le saque el máximo provecho a mis libros, que quizá ni se los lea, mucho más cascados y anticuados, me hará mucha ilusión que los abramos, los hojeemos....y pueda decirle el cariño con el que se los he guardado todos estos años. Con los años valorará el detalle (eso espero!)  aunque seguramente ella pasará las hojas pulsando un botón o arrastrando un dedo por pantalla y no sé si entenderá que porqué sigo reparando ese cuento amarillento que se deshoja por el lomo, pero que me gusta tanto!.

Feliz día del libro (aunque sea con retraso, mamá no llega a más! ;) )

7 comentarios:

  1. Que ilusión me ha hecho acordarme de los libros...el del Fraile, me acuerdo de la portada;-)) Yo nunca leí tanto como mi hermana, pero los de los 5 y los Hollister me encantaron...Reconozco que era un poco bruta y me tiraba mas el baloncesto, Karate, el Ski, y el resto con las muñecas, una mezcla rara, ya lo se!! Se me cae la baba viendo como le encanta leer a mi hijo mayor, menos mal que heredó eso de su padre, que sigue devorando libros como el monstruo de las galletas! Yo ahora que crece mi niña puedo volver a leer y disfrutar, que me canso de leer solo artículos científicos...Gracias por el viaje al pasado amiga. Un beso muy fuerte cariño, Rocío

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que el viaje te haya gustado, la verdad es que se me amontonan los recuerdos y eso que no me puse a abrirlos y recordar. Voy a fotografíar algunas de mi reliquias y os las pongo, son dignas de verdad!! Al menos voy a sacarle partido a la historia y voy a plantear un rincón de lectura molón, con una colchoneta, cojines de colores, un respaldo de tela y unos cuantos adornos, creo que va a quedar chulo, tengo que pasarme por ikea, ya!! No sé a quien le hace más ilusión, si a Lucía o a mí :$...bueno sí, de momento a mí, veremos que pasa con el paso del tiempo. :)

      Eliminar
  2. ay, coincido en el recuerdo de muchos de los libros que mencionas... yo también los conservo, y alguno con lo que dices tú, la ficha de la clase, con la gente que lo cogió! se nota que somos de la misma quinta. Pues creo que no es incompatible el papel con el libro electrónico. Los de papel en casita, para leer en un rinconcito agradable, en la cama, usar un marcador bonito, el pasar las páginas, el tacto, el olor de los libros, el ver la portada todos los días, elegir edición, tapa dura/tapa blanda... y por qué no aprovechar las ventajas simultáneamente de los electrónicos! para los viajes, el transporte... Yo no quiero dejar de comprar y leer libros! (ni quiero que deje la gente de comprar, que mi hermana tiene una librería! jajajaja) pero también me gusta pegarme al ipad para leer cosas en internet, usar google reader... Aunque reconozco que no me he leído aún ni un libro electrónico! Bonita idea la del rincón de lectura Gemma!
    Loli

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah!! lo del Arganauta es de tu hermana? ay q lástima no estar por allí para darme una vuelta. A mi los libros me tienen conquistada eso sin duda....pero conseguiré q Lucía capte ese encanto o ella dará el paso al electrónico directamente....he ahí la cuestión. (iconito pensandor)

      Eliminar
  3. Ay! Q recuerdos me vienen al leerte! Yo también adoro los libros aunque cada vez leo menos, me siento identificada al 100%, tengo colecciones enteras de Enid Blyton, Astrid Lindgren, Christine Nostlinger, los Hollister, SM... guardadas tqmbien con mucho cariño para cuando mis pequeños no lo sean tanto. Espero q disfrtuten de los libros en papel tanto como lo hice yo,y q se les haga la boca agua (literalmente) cuando ntren en u.a librería como me pasa a mi. Espero saber inculcarles el placer de la lectura. De momento parece q lo estoy consiguiendo, para el mayor q tiene 3 años es una fiesta la visita a librería, se emociona muchísimo. Gracias por esta entrada!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que parte del truco es saber transmitir esa sensación que tú y yo sentimos con los libros...nos vamos contando trucos!! Gracias por la visita Clara!

      Eliminar
  4. ¡"Bibiana y su mundo" y "Fray Perico y su borrico"!!!!

    Me has hecho retroceder en el tiempo... una vuelta a mi infancia, a la editorial "Barco de vapor", al amor de mi padre por los libros y la lectura... pues era él quien me los regaló....

    Hace poco, hablando con él recordé el libro de "Momo"... y no dudó en volver a regalármelo... lo tengo en la mesilla de noche para volver a leerlo.

    ResponderEliminar