jueves, 24 de noviembre de 2011

Sobre la conciliación y las eunucas maternales*.

Tras leer muchos blogs sobre la famosa reincorporación prematura de Soraya Sáez de Santamaría al trabajo y ver que encuentro mucha gente que comprende mi punto de vista no quiero repetirme en la evidencia. Creo que María en Reeducando a mamá aquí o Molinos en Cosas que me pasan aquí expresan perfectamente cuánto pienso, pero me gustaría añadir una reflexión.


Para las que dicen (no he visto aún ningún hombre opinar así) que el puesto que perdería haría que muchas hiciéramos lo mismo en su lugar, me gustaría expresar que ni convertirme en el ser más rico del planeta, ni el más poderoso sería razón suficiente (si acaso algún razón más honrosa como acabar con la guerra o el hambre en el mundo y aún así ya veríamos, mucho sacrificio sería...) para que me planteara abandonar a mi criatura recién nacida que necesita tanto a su madre. No me hace falta, por suerte, estar en su lugar para anteponerme claramente a mi decisión. A los que dicen que tal y como está el país sería inconcebible que se tomara 4 meses de maternidad, a éstos decirles primero que no hay nadie imprescindible, que seguro que hay personas muy cualificadas para ocupar su puesto estos meses tan relevantes para su hijo y que sin duda sería una opción perfectamente razonable que dentro de 4 meses ella se reincorporara a su puesto. Esto demostraría que en todas las escalas laborales es necesario respetar nuestros puestos aunque prime estar con nuestros hijos recién nacidos, como poco, el tiempo que legalmente tenemos conseguido. Por suerte o por desgracia, nuestro país ni ha llegado a esta situación crítica por ella ni va salir de ella por el sólo hecho de que esta mujer se incorpore tan pronto a su puesto. Está clarísimo que Soraya ha antepuesto sus deseos profesionales a las necesidades de su hijo lo que estoy totalmente de acuerdo con María Berrozpe(*) le hace ser prácticamente una eunuca maternal (me encanta el término!).


A los que dicen que si fuera un hombre no diríamos lo mismo...pues sí, no lo diría. Me apenó, por él y por Carla, oir que Sarkozy ni siquiera había estado en el parto de su mujer pero es una decisión personal que sólo le compete a él y a su mujer. La diferencia fundamental estriba en que la decisión de los hombres no compromete el bienestar del pequeño. Quizá cuando sean más un poquito mayores sí, por supuesto. Pero un recién nacido sólo conoce a su madre, sólo conoce su voz, su latido y su olor porque es lo que ha estado oyendo 9 meses. Es ideal que interaccione lo antes posible con el padre, pero si lo hace más tarde, o cuando el papá llega a casa de trabajar no compromete su bienestar, sólo que el padre se lo pierde. El papel del padre esos primeros días pasa bajo mi punto de vista por apoyar a su mujer, por darle cariño, por mimarla y por prepararle cosas ricas, por mirarla con amor y respaldar todos los cuidados que la mami debe proveer al bebé.

Quería como complemento a lo que he leído traer una idea que me parece fundamental, esta mujer ha perdido una oportunidad de oro para el cambio, para el apoyo nacional y posiblemente internacional a la maternidad. Lo que ha hecho Soraya ya lo habían hecho otras antes, qué lástima haber perdido la oportunidad en los tiempos que corren de demostrar que la conciliación es posible. Hubiera sido impresionante y le hubiera puesto una alfombra roja en la puerta si hubiera aparecido el día de la victoria electoral con su bebé dulcemente envuelto en un fular. Hubiera sido de 10 que se hubiera retirado a dar el pecho (supongo que sacarse la teta no estará en sus planes) dejando claro y patente que se puede ser madre y mujer política. Hubiera sido ejemplar que hubiera dejado el traspaso de poderes a algún compañero que seguro que lo hubiera hecho estupendamente aunque ella hubiese ejercido de consejera y seguido el proceso desde su casa, y añado, lo ideal es que esto lo hubiéramos sabido todos. Hubiera sido impresionante que hubiera aparecido a constituir el gobierno con su peque (no creo ya que esto ocurra, la verdad). Que el papá hubiera estado cerquita para atenderlo si fuera necesario ante los ojos atentos de los medios que hubieran flipado de ver a esta señora conciliar (ole!) y al marido involucrado (para muchos esto todavía es un hito por conseguir). Me hubiera encantado que Rajoy hubiera explicado que en aras de la conciliación Soraya quería ser partícipe de todas las decisiones del nuevo gobierno porque ha currado mucho en la batalla electoral por estar donde está pero que lo haría desde casa, ayudándose del skype y del correo electrónico. Que ante todo querían mostrar su apoyo a la maternidad y a la conciliación....y gran parte de España, independientemente de nuestro color político, les hubiéramos hecho hasta la ola. Que pena...pero no. Ha sido una cobardica....y una antigua si me permitís. Me parece anticuada esta masculinización de la mujer para creernos iguales. Estoy hartita de que las mujeres luchen por ocultar nuestras diferencias cuando no creo que eso sea necesario para que se respeten las igualdades en derechos y obligaciones.

Yo no tengo nada que ver con esta señora, ni mi puesto, ni mi profesión, ni me escala social y económica, pero no pienso quedarme quietecita. Y desde que nació mi hija me he empeñado en conciliar. No sé como me saldrá la cosa porque acabo de empezar, pero estoy decidida a demostrar que podemos ser buenas profesionales y a la vez atender las necesidades cruciales de nuestros bebés.

Yo no voy a pedir excedencia porque no me lo puedo permitir, ni voy a dejar la posición académica por la que llevo luchando toda la vida, pero quiero que la palabra conciliación tenga sentido en mi vida y dado que mis condiciones laborales me lo permiten lo voy a intentar. Dicho esto, puedo decir que ya he empezado a conciliar. No es lo mismo que ser vicepresidenta del gobierno pero este año profesionalmente ha sido bastante importante para mí, he conseguido proyectos y equipamiento que llevaba años soñando (y que esperan pacientemente a que yo vuelva para empezar a funcionar, no se acaba el mundo!) y también soy partícipe de sociedades científicas de prestigio internacional. Digamos que ahora no puedo parar todo, ya que podría perder una cierta posición científica que me ha costado mucho conseguir. Añado que además me dedico a un sector de la investigación bastante "masculino". He visto otros casos de incorporación relámpago (sobre todo mujeres del sector industrial), otros casos de eunucas maternales con tal de no dejar de avanzar, pero yo no quería hacerlo así. Y creo que no lo estoy haciendo mal.

A los 3 meses de nacer Lucía y estando de baja maternal decidí asistir a un congreso internacional. Formaba parte del comité científico y no era momento para decir que no iba. Era nuestra primera prueba de fuego. El papi se cogió unos días y la manada casi al completo nos marchamos a Barcelona. Reconozco que nos dio muchísima pereza, pero quería demostrarme que podía hacerlo. Nos plantamos en el congreso y para romper el hielo decidí presentarme en el congreso con la niña. ¡Toma ya!. Si ya de por sí no lo tengo fácil porque soy mujer, joven y rubia (influye, creedme) y ya suelo pasarme las reuniones demostrando que "yo sí que valgo" aunque no tenga 50 años, pelo canoso y algo entre las piernas, pues ahora me planto con un bebé....Las reacciones no se hicieron esperar y aunque al principio las caras eran de perplejidad pronto salió lo más humano de todos. Uno que contaba que también tenía un nieto recién nacido (sí son bastante mayores en su mayoría), aquel que recordaba los viejos tiempos de sus hijos, otros que decían que pronto la inculcaba la ciencia y una de las organizadoras dijo que era la delegada más joven de este congreso, que estábamos haciendo historia (eso sonó francamente bien)...el primer encuentro no estuvo mal. Como me dijo un colega había humanizado un congreso que suele ser bastante frío. Pues eso, que todos somos humanos, que es mejor convivir con que los niños existen y nacen que ignorarlo. Todos los hombres me acabaron contando los partos de sus mujeres y también babearon recordando a sus retoños. Nos marchamos prontito, tampoco quería que fuera un suplicio para Lucía.


Y con bastante ilusión abordé el congreso. Al día siguiente tras tetear bien prontito, me marché al congreso. Como mi nena es una ceporra se pasó la mañana durmiendo y jugando con papi en el hotel (estratégicamente cogido enfrente del congreso). A la hora de la comida (las 12 al ser congreso europeo) ya estaba con mi peque y ella con su teta feliz como una perdiz. Me pasé los días coordinando horarios y teta (móvil en mano por si había un mensaje de TETA EMERGENCY!). Pude presidir sesiones, asistir a reuniones, presentar mi trabajo....me quité cosas prescindibles, las comidas y cenas sociales, los descansos para el café (acudía rauda al hotel), y las sesiones menos interesantes que me salté a la torera para pasear con mi chico y mi nena por una Barcelona espectacular y soleada. Incluso asistí a una recepción supuestamente "importante" (jur jur, ahora me hacen bastante gracia estas cosas...como relativiza las cosas la maternidad ;)) en la Generalitat, vestidita y armada con mi fular paseamos por Barcelona hasta la hora de la recepción. Estuve un ratito y me marché con mi manada que pacientemente y pasándoselo bien, esperaba en un restaurante cercano. Como todos me habían visto embarazada en la preparación del congreso todos sabían que mi peque andaba cerca. Me encantó presumir de que todos habíamos ido al congreso y todos sabían que mis entradas y salidas se justificaban porque me iba a darla de mamar (reconozco que encuentro un especial placer en decir que me voy a darle la teta). Muchos salieron a verla, muchos hasta se hicieron fotos con ella y uno de los investigadores que yo más respeto en la materia y reconocido en mi sector (hombre, cincuenton y alemán) me hizo una recomendación, disfruta de tu pequeña que todo lo demás puede esperar y el sitio que te estás haciendo no se pierde por esto, disfruta porque pasa muy deprisa. Me lo decía él que estaba aún alucinando de que su hijo adolescente le hubiera llevado al aeropuerto para ir al congreso conduciendo su coche...estaba hecho ya un tío y el papá estaba que no cabía de orgullo. En algunas de la reuniones tuve que renunciar a algunas cosas para el próximo congreso (una cosa es intentar conciliar y otra no dedicar a Lucía el tiempo que necesita) pero estoy segura de que podré hacerlo en años venideros. Mi momento profesional no justifica ignorar sus necesidades.


Creo que la conciliación funcionó porque por varios puntos. 1. No me sentí obligada a ir. 2. Tomé la decisión de ir sin presiones y tenía la libertad de bajar el ritmo cuando lo necesitara. 3. Pude prepararlo en las horas que a mi hija y a mí nos venían mejor. Puedo decir que saqué muchísimo más provecho de este congreso que de otros a los que he ido con la misma idea (lo que quiere decir que más tiempo no es igual a mayor eficiencia, aunque en España aún no nos lo creamos con estas jornadas eternas que nos gastamos). La conciliación es posible con responsabilidad por parte del que trabaja y con libertad por parte del que contrata. No con guarderías que abren 24 horas.

Mi conciliación no ha hecho más que empezar y espero ir con Lucía a muchos más congresos, a parte de la conciliación con el trabajo diario. Esta historia es una historia corriente que forma parte de la normalidad de muchas madres que ya están conciliando. Yo quería contar mi experiencia sobre todo para aquellas a las que les parezca difícil conseguirlo o sientan que para mantenerse en sus posiciones profesionales tienen que sacrificar la atención a sus familias. Quiero aportar mi propio grano de arena, porque sólo se puede hablar de conciliar...si se entiende qué es conciliar y me temo que Soraya...no tiene ni idea.

14 comentarios:

  1. Me ha encantado!! Es la opinión que más me ha gustado, porque pienso lo mismo!! Me ha encantado que hayas puesto todo lo que "hubiera estado genial" y tu historia de Barcelona!! Me mata que hablemos tanto y no tener ni idea de lo que haces, lo que viene a significar que siempre hablamos de nuestras preciosuras!!! Somos monotemáticas y nos gusta!! =)

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  2. Jajaja, gracias guapa! tranquila, tiempo habrá para conocernos más, pero es que las preciosuras son tan importantes!!!

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  3. Me ha gustado mucho... encantada de conocerte, te sigo! Y no... no tiene ni idea.. qué pena!

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  4. Guau!!! Gemma eres mi heroína!!!! Tu sí que sabes conciliar y tú sí que estás consiguiendo que la mentalidad de esta sociedad de mujeres castradas cambie para que nuestros bebés tengan cabida en nuestras vidas SIEMPRE. Gracias por tu ejemplo y por tu valentía. Tu hija podrá sentirse muy orgullosa cuando sea mujer y vea y valore estos tiempos y este esfuerzo tuyo. Te admiro.

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  5. ....me has puesto colorada!!...seguro que muchas mamás están peleando como yo....yo sólo lo hago a mi manera pero con todas mis ganas y ojalá sirva para que mi hija pueda conciliar como algo natural. Mujeres como tú me inspiran. Gracias!!

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  6. Muy completa la opinión y la comparto punto por punto. El término eunuca maternal...mejor descrito, difícil. Muy bien hecha tu conciliación, ojalá eso fuera lo lógico!

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  7. Gracias Raquel, de conciliación tú también sabes!!....y es tan difícil....sólo intento aportar mi granito de arena. besos

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  8. Te acabo de descubrir por el blog de Saraillamas y he de confesar que me encantas, y esta entrada, sinceramente inmejorable. Yo también he pensado mil veces en lo que habría estado genial que pasara y no pasó, esta gente de la política de la alta alcurnia deberían ser conscientes de las oportunidades de oro que se dejan escapar para hacer un mundo mejor. Y tu aventura del congreso todo un ejemplo para todo el mundo.

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  9. Muchas gracias por tus palabras Eleycia! Espero verte por aquí :)

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  10. Gemma, espero que no te importe que enlazo este post y te nombro en uno que acabo de publicar: http://reeducandoamama.blogspot.com/2011/11/es-posible-la-verdadera-conciliacion.html?showComment=1331295243624#c8533324938060218112
    Besos

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    1. Uy María q poco domino lo de leer los comentarios de post antiguos! sin problema, un honor ser citada po tí!!!!

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  11. Aunque este post es antiguo, me parece superimportante remarcar que pudiste conciliar principalmente gracias a tu marido y que no todo el mundo tiene la suerte de tener algo así 1) que pueda pedirse vacaciones llegado el caso 2) que quiera y sepa hacerlo. Este es el verdadero motivo por el que concilias ya que es el único sin el cual no puedes hacerlo.

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    1. Claro Anonimo, en nuestro caso la conciliación es cosa de dos por supuesto. Y desde luego el querer hacerlo es parte de todo. Se pudo pedir vacaciones sobre todo por haberlo planificado con mucha antelación y como los congresos no pillan en meses "festivos" es más fácil poder coger unos días. Aprovechamos el fin de semana y solo necesito 3 días. Si no hubiese podido él mi planteamiento sería distinto desde luego, pero hay alternativas (abuelas, hermanas, amigas, personas a las q contratas...). Pero sin duda, contar con el papá es lo más importante de mi conciliación porque sé que están genial con él.

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