jueves, 24 de noviembre de 2011

Sobre la conciliación y las eunucas maternales*.

Tras leer muchos blogs sobre la famosa reincorporación prematura de Soraya Sáez de Santamaría al trabajo y ver que encuentro mucha gente que comprende mi punto de vista no quiero repetirme en la evidencia. Creo que María en Reeducando a mamá aquí o Molinos en Cosas que me pasan aquí expresan perfectamente cuánto pienso, pero me gustaría añadir una reflexión.


Para las que dicen (no he visto aún ningún hombre opinar así) que el puesto que perdería haría que muchas hiciéramos lo mismo en su lugar, me gustaría expresar que ni convertirme en el ser más rico del planeta, ni el más poderoso sería razón suficiente (si acaso algún razón más honrosa como acabar con la guerra o el hambre en el mundo y aún así ya veríamos, mucho sacrificio sería...) para que me planteara abandonar a mi criatura recién nacida que necesita tanto a su madre. No me hace falta, por suerte, estar en su lugar para anteponerme claramente a mi decisión. A los que dicen que tal y como está el país sería inconcebible que se tomara 4 meses de maternidad, a éstos decirles primero que no hay nadie imprescindible, que seguro que hay personas muy cualificadas para ocupar su puesto estos meses tan relevantes para su hijo y que sin duda sería una opción perfectamente razonable que dentro de 4 meses ella se reincorporara a su puesto. Esto demostraría que en todas las escalas laborales es necesario respetar nuestros puestos aunque prime estar con nuestros hijos recién nacidos, como poco, el tiempo que legalmente tenemos conseguido. Por suerte o por desgracia, nuestro país ni ha llegado a esta situación crítica por ella ni va salir de ella por el sólo hecho de que esta mujer se incorpore tan pronto a su puesto. Está clarísimo que Soraya ha antepuesto sus deseos profesionales a las necesidades de su hijo lo que estoy totalmente de acuerdo con María Berrozpe(*) le hace ser prácticamente una eunuca maternal (me encanta el término!).


A los que dicen que si fuera un hombre no diríamos lo mismo...pues sí, no lo diría. Me apenó, por él y por Carla, oir que Sarkozy ni siquiera había estado en el parto de su mujer pero es una decisión personal que sólo le compete a él y a su mujer. La diferencia fundamental estriba en que la decisión de los hombres no compromete el bienestar del pequeño. Quizá cuando sean más un poquito mayores sí, por supuesto. Pero un recién nacido sólo conoce a su madre, sólo conoce su voz, su latido y su olor porque es lo que ha estado oyendo 9 meses. Es ideal que interaccione lo antes posible con el padre, pero si lo hace más tarde, o cuando el papá llega a casa de trabajar no compromete su bienestar, sólo que el padre se lo pierde. El papel del padre esos primeros días pasa bajo mi punto de vista por apoyar a su mujer, por darle cariño, por mimarla y por prepararle cosas ricas, por mirarla con amor y respaldar todos los cuidados que la mami debe proveer al bebé.

Quería como complemento a lo que he leído traer una idea que me parece fundamental, esta mujer ha perdido una oportunidad de oro para el cambio, para el apoyo nacional y posiblemente internacional a la maternidad. Lo que ha hecho Soraya ya lo habían hecho otras antes, qué lástima haber perdido la oportunidad en los tiempos que corren de demostrar que la conciliación es posible. Hubiera sido impresionante y le hubiera puesto una alfombra roja en la puerta si hubiera aparecido el día de la victoria electoral con su bebé dulcemente envuelto en un fular. Hubiera sido de 10 que se hubiera retirado a dar el pecho (supongo que sacarse la teta no estará en sus planes) dejando claro y patente que se puede ser madre y mujer política. Hubiera sido ejemplar que hubiera dejado el traspaso de poderes a algún compañero que seguro que lo hubiera hecho estupendamente aunque ella hubiese ejercido de consejera y seguido el proceso desde su casa, y añado, lo ideal es que esto lo hubiéramos sabido todos. Hubiera sido impresionante que hubiera aparecido a constituir el gobierno con su peque (no creo ya que esto ocurra, la verdad). Que el papá hubiera estado cerquita para atenderlo si fuera necesario ante los ojos atentos de los medios que hubieran flipado de ver a esta señora conciliar (ole!) y al marido involucrado (para muchos esto todavía es un hito por conseguir). Me hubiera encantado que Rajoy hubiera explicado que en aras de la conciliación Soraya quería ser partícipe de todas las decisiones del nuevo gobierno porque ha currado mucho en la batalla electoral por estar donde está pero que lo haría desde casa, ayudándose del skype y del correo electrónico. Que ante todo querían mostrar su apoyo a la maternidad y a la conciliación....y gran parte de España, independientemente de nuestro color político, les hubiéramos hecho hasta la ola. Que pena...pero no. Ha sido una cobardica....y una antigua si me permitís. Me parece anticuada esta masculinización de la mujer para creernos iguales. Estoy hartita de que las mujeres luchen por ocultar nuestras diferencias cuando no creo que eso sea necesario para que se respeten las igualdades en derechos y obligaciones.

Yo no tengo nada que ver con esta señora, ni mi puesto, ni mi profesión, ni me escala social y económica, pero no pienso quedarme quietecita. Y desde que nació mi hija me he empeñado en conciliar. No sé como me saldrá la cosa porque acabo de empezar, pero estoy decidida a demostrar que podemos ser buenas profesionales y a la vez atender las necesidades cruciales de nuestros bebés.

Yo no voy a pedir excedencia porque no me lo puedo permitir, ni voy a dejar la posición académica por la que llevo luchando toda la vida, pero quiero que la palabra conciliación tenga sentido en mi vida y dado que mis condiciones laborales me lo permiten lo voy a intentar. Dicho esto, puedo decir que ya he empezado a conciliar. No es lo mismo que ser vicepresidenta del gobierno pero este año profesionalmente ha sido bastante importante para mí, he conseguido proyectos y equipamiento que llevaba años soñando (y que esperan pacientemente a que yo vuelva para empezar a funcionar, no se acaba el mundo!) y también soy partícipe de sociedades científicas de prestigio internacional. Digamos que ahora no puedo parar todo, ya que podría perder una cierta posición científica que me ha costado mucho conseguir. Añado que además me dedico a un sector de la investigación bastante "masculino". He visto otros casos de incorporación relámpago (sobre todo mujeres del sector industrial), otros casos de eunucas maternales con tal de no dejar de avanzar, pero yo no quería hacerlo así. Y creo que no lo estoy haciendo mal.

A los 3 meses de nacer Lucía y estando de baja maternal decidí asistir a un congreso internacional. Formaba parte del comité científico y no era momento para decir que no iba. Era nuestra primera prueba de fuego. El papi se cogió unos días y la manada casi al completo nos marchamos a Barcelona. Reconozco que nos dio muchísima pereza, pero quería demostrarme que podía hacerlo. Nos plantamos en el congreso y para romper el hielo decidí presentarme en el congreso con la niña. ¡Toma ya!. Si ya de por sí no lo tengo fácil porque soy mujer, joven y rubia (influye, creedme) y ya suelo pasarme las reuniones demostrando que "yo sí que valgo" aunque no tenga 50 años, pelo canoso y algo entre las piernas, pues ahora me planto con un bebé....Las reacciones no se hicieron esperar y aunque al principio las caras eran de perplejidad pronto salió lo más humano de todos. Uno que contaba que también tenía un nieto recién nacido (sí son bastante mayores en su mayoría), aquel que recordaba los viejos tiempos de sus hijos, otros que decían que pronto la inculcaba la ciencia y una de las organizadoras dijo que era la delegada más joven de este congreso, que estábamos haciendo historia (eso sonó francamente bien)...el primer encuentro no estuvo mal. Como me dijo un colega había humanizado un congreso que suele ser bastante frío. Pues eso, que todos somos humanos, que es mejor convivir con que los niños existen y nacen que ignorarlo. Todos los hombres me acabaron contando los partos de sus mujeres y también babearon recordando a sus retoños. Nos marchamos prontito, tampoco quería que fuera un suplicio para Lucía.


Y con bastante ilusión abordé el congreso. Al día siguiente tras tetear bien prontito, me marché al congreso. Como mi nena es una ceporra se pasó la mañana durmiendo y jugando con papi en el hotel (estratégicamente cogido enfrente del congreso). A la hora de la comida (las 12 al ser congreso europeo) ya estaba con mi peque y ella con su teta feliz como una perdiz. Me pasé los días coordinando horarios y teta (móvil en mano por si había un mensaje de TETA EMERGENCY!). Pude presidir sesiones, asistir a reuniones, presentar mi trabajo....me quité cosas prescindibles, las comidas y cenas sociales, los descansos para el café (acudía rauda al hotel), y las sesiones menos interesantes que me salté a la torera para pasear con mi chico y mi nena por una Barcelona espectacular y soleada. Incluso asistí a una recepción supuestamente "importante" (jur jur, ahora me hacen bastante gracia estas cosas...como relativiza las cosas la maternidad ;)) en la Generalitat, vestidita y armada con mi fular paseamos por Barcelona hasta la hora de la recepción. Estuve un ratito y me marché con mi manada que pacientemente y pasándoselo bien, esperaba en un restaurante cercano. Como todos me habían visto embarazada en la preparación del congreso todos sabían que mi peque andaba cerca. Me encantó presumir de que todos habíamos ido al congreso y todos sabían que mis entradas y salidas se justificaban porque me iba a darla de mamar (reconozco que encuentro un especial placer en decir que me voy a darle la teta). Muchos salieron a verla, muchos hasta se hicieron fotos con ella y uno de los investigadores que yo más respeto en la materia y reconocido en mi sector (hombre, cincuenton y alemán) me hizo una recomendación, disfruta de tu pequeña que todo lo demás puede esperar y el sitio que te estás haciendo no se pierde por esto, disfruta porque pasa muy deprisa. Me lo decía él que estaba aún alucinando de que su hijo adolescente le hubiera llevado al aeropuerto para ir al congreso conduciendo su coche...estaba hecho ya un tío y el papá estaba que no cabía de orgullo. En algunas de la reuniones tuve que renunciar a algunas cosas para el próximo congreso (una cosa es intentar conciliar y otra no dedicar a Lucía el tiempo que necesita) pero estoy segura de que podré hacerlo en años venideros. Mi momento profesional no justifica ignorar sus necesidades.


Creo que la conciliación funcionó porque por varios puntos. 1. No me sentí obligada a ir. 2. Tomé la decisión de ir sin presiones y tenía la libertad de bajar el ritmo cuando lo necesitara. 3. Pude prepararlo en las horas que a mi hija y a mí nos venían mejor. Puedo decir que saqué muchísimo más provecho de este congreso que de otros a los que he ido con la misma idea (lo que quiere decir que más tiempo no es igual a mayor eficiencia, aunque en España aún no nos lo creamos con estas jornadas eternas que nos gastamos). La conciliación es posible con responsabilidad por parte del que trabaja y con libertad por parte del que contrata. No con guarderías que abren 24 horas.

Mi conciliación no ha hecho más que empezar y espero ir con Lucía a muchos más congresos, a parte de la conciliación con el trabajo diario. Esta historia es una historia corriente que forma parte de la normalidad de muchas madres que ya están conciliando. Yo quería contar mi experiencia sobre todo para aquellas a las que les parezca difícil conseguirlo o sientan que para mantenerse en sus posiciones profesionales tienen que sacrificar la atención a sus familias. Quiero aportar mi propio grano de arena, porque sólo se puede hablar de conciliar...si se entiende qué es conciliar y me temo que Soraya...no tiene ni idea.

martes, 22 de noviembre de 2011

Estás aquí

Descubriendo Madrid

Hace unas semanas estuvimos en Madrid mi niña y yo. Fuimos a ver a los abuelos (mis padres), a mi hermana y a unos amigos. Fue la primera vez que Lucía estaba en Madrid....mi Madrid y para mi fue especial. Lo pasamos bastante bien y aunque fue un día tristón, lo vivimos con muchas inquietudes. Era la primera vez que viajábamos solas sin Fran, tren arriba, tren abajo, cercanías, metro...pero la verdad es que con el fular todo fue muy fácil y cómodo. Lucía no dejó de estirarse en el asiento del tren y mamar mirando por la ventana ese paisaje llano y otoñal que tantas y tantas veces me he dormido mirando en mis viajes diarios Madrid-Ciudad Real. Quien me diría hace unos años que acabaría haciendo ese recorrido con mi hija! Fue un viaje un poco místico la verdad, como si el viaje en tren nos transportara a ambas a una esfera diferente de la existencia diaria. Como si el tren tuviera la capacidad de transportarnos no sólo en el espacio sino a una dimensión de espiritualidad especial. Era raro que no estuviera Fran pero por otro lado eso hizo que mi yo más interno conectara con Lucía en un viaje bastante especial. Mirábamos por la ventana y como si me estuviera hablando me transmitía una enorme emoción por lo que estábamos viviendo juntas.


Ese día Lucía descubrió la lluvia. Nunca antes le había llovido y quizá no fue muy consciente porque iba pertrechada en el fular y bien equipada con un gorrito pero ese día gris y otoñal fue el compañero perfecto de un día en el que nos unimos un poquito más si cabe. En el que cada vez que se acurrucaba en mi pecho con esa sonrisa mágica que tiene parecía que me decía que le estaba encantando vivir esta aventura con mamá.

Señales

Comimos con la familia y los amigos y pasamos un día bonito. Sin duda era un día especial, lleno de energía, una de mis mejores amigas se puso de parto y tuve la suerte de vivirlo con ella aunque fuera por teléfono, animando en cada contracción, un parto perfecto. La energía flotaba a nuestro alrededor. Lucía era todo atención, todo mirar, todo aprender.

Antes de volver decidimos tomar un café en un Starbucks (bueno yo me tomé un batido de chocolate) y mientras mis amigos pedían en la barra, Lucía y yo nos quedamos en uno de esos silloncitos estupendos con vistas a la calle. Seguía chispeando y Madrid seguía enseñándome ese paisaje urbano otoñal que hace tiempo dejé atrás. Los ejecutivos pasaban sin cesar, gente elegante protegida en sus paraguas, la nostalgia de la ciudad se instalaba en los charcos que se abrían frente a nosotras y que reflejaban esos edificios inmensos que la caracterizan...Madrid, mi Madrid. Y entonces ocurrió.


No siento tanta nostalgia por Madrid como para emocionarme pero presentí de repente que era un gustazo estar allí con mi niña. Y una persona se paró delante del cristal. Iba envuelto en un abrigo largo, gris, llevaba un sombrero y también un bastón, ninguna de las características de este atuendo me resultaron familiares en absoluto, pero de repente su cara, su gesto, su energía.....era un señor mayor, tenía las facciones de la cara delgadas, tenía una mirada alegre, feliz! y una sonrisa inmensa. Dio unos golpecitos con el bastón en el cristal. Lucía lo miró y como si se conocieran de toda la vida, como si ese hombre fuera el bisabuelo que me hubiera gustado que Lucía conociera, se quedaron prendados el uno del otro. No sé cuantos minutos estuvieron mirándose y sonriendo pero sé que ambos disfrutaron de ese encuentro. Tenía el mismo gesto, la misma sonrisa, la misma intensidad en su mirada que mi abuelo. Una lágrima feliz, de pura alegría se me escurrió y el hombre se despidió y siguió su camino.

No creo que la conociera ese día, de hecho parecía que ambos ya se conocían pero curiosamente eligió ese día para que nos encontráramos y para transmitirme una evidencia (científica que soy yo, bien me viene tener sensaciones así de místicas de vez en cuando!) de que está aquí.

Presencia

Desde entonces reconozco que estoy menos apenada. Tenía una cierta sensación de vacío, de que me gustaría que la hubiera conocido, de que me encantaría que le hubiera comprado sus primeros zapatos (a mí siempre me compraba zapatos), de que estoy segura de que hubieran conectado y de que Lucía habría aprendido mucho de él. Pero....ahora sé que él está cerca, siguiendo nuestros pasos y que mientras hablemos de él y le contemos a Lucía quien era y como era siempre podremos sentir su energía y su presencia. Podría escribir cientos de entradas sobre él. Sobre su valor, su capacidad de superación, su fuerza, su capacidad para luchar....no era perfecto, ni mucho menos. Pero cuando estás tan conectada a una persona sus defectos se hacen virtudes y sobran las razones para amarle por todo ello. Por su perseverancia, su carácter, su determinación...también eran motivos para quererle. Soy quien soy, en gran parte, gracias a él. He heredado muchas de sus virtudes y muchísimos de sus defectos. No me rindo jamás, soy positiva hasta agotar, vivo todo al 200% y soy cabezona a tope. Cada vez me veo más reflejada en él (y me enorgullezco por ello!). Sus ganas de aprender inagotables (con 76 años manejaba las nuevas tecnologías que ya querrían muchos, internet, messenger, webcam, retoque fotográfico), su complicidad para hacerte sentir querida e importante (jamás olvidaré el apodo de "nieta favorita" que me colocaron toda la vida), su vitalidad para superar todas las pruebas que le puso la vida (fue ejemplar como se enfrentó a todas sus enfermedades), su capacidad de reflexión ante las dificultades (cuánto hablamos de la vida, de lo más crudo) y sobre todo su humor, esa capacidad para reírse de absolutamente cualquier cosa, que le hacía crear un chiste en la situación más delicada que os podáis imaginar.


No puedo evitar contar una anécdota. Tras una de las operaciones más severas que sufrió perdió el habla y durante unos días nos culpaba a todos de lo ocurrido, de saberlo y no contárselo y necesitó tiempo para resurgir. Yo le compré una pizarra para que empezáramos a comunicarnos y se negó a usarla. A pesar de todo esa tarde mi prima Laura y yo hacíamos crucigramas en el hospital mientras le hacíamos compañía y de repente empezó a gesticular una palabra que no entendíamos, tras varios intentos por entenderle, cogió la pizarra cabreado y escribió una palabra....la que tocaba en el crucigrama y que no se nos ocurría a ninguna. A partir de ese momento...la pizarra, luego los postit y luego cualquier papel se convirtieron en sus aliados. Pasó de no querer usarla a levantarse para pedir él las consumiciones en un bar, porque ya sabía cómo superar sus limitaciones. Con alguien así a tu lado, con un ejemplo así....como no vas a intentar crecer cada día, superar cualquier miedo y quebrantar cualquier barrera....

Día a día

Su pérdida ha sido difícil, muy difícil. Pero me llevo tanto, tanto de él....que sigue en mí. Es como si fuéramos cabos de una misma cuerda y nunca pudiéramos separarnos. Fran le adoraba. Vivimos los últimos años organizando nuestra vida entorno a pasar una vez al mes por Torrevieja para pasar con él todo el tiempo posible. Y hablábamos mucho. Teníamos la sensación de que no nos daba tiempo a hablar de todo. Cuando ya se cansaba, nos cogíamos de la mano y el resto de la comunicación fluía por nuestros dedos. Conectó tanto con Fran que no le daban las pilas de su micrófono para contarle todo lo que quería que supiera. Él sabía que había encontrado al hombre de mi vida, y de alguna manera...le daba el testigo de amarme y cuidarme y mimarme y ser la más de la más de su vida (así es como él me hacía sentir)....y Fran lo cogió y sé que ahora no sólo me cuida y me ama sino que además servirá de transmisor de toda esa energía hacia Lucía porque no hace falta que le cuente lo maravilloso que era....lo sabe.


Ese encuentro puede que no tuviera el sentido que quiero darle. Quizá sólo era la excusa que me hacía falta para saber que Lucía lo conoce y que siente su presencia. Sólo espero ser capaz de transmitir a mi hija los valores que mi abuelo me enseñó y hacerla sentir tan importante y tan tan tan tan (no me sobra ningún "tan") querida como me hacía sentir a mí.

Este blog nació para su cumpleaños, quizá fue casualidad, pero es que sé que sería uno de mis más fieles seguidores porque miraba todas mis fotos, todas mis propuestas, todos mis planes. Todo le parecía bien, de todo se enorgullecía (a mi tesis doctoral asistió la familia en pleno, no os digo más! y él me decía que si podía sacarse una pipas para hacerlo más ameno (lo que os digo era un crack!). Si hay algo que aún te pueda regalar (siempre le hacía poesías y cosas así) ahí va este blog. Te quiero.

viernes, 18 de noviembre de 2011

El lenguaje en los bebés y cosas curiosas

Lucía ya está empezando a balbucear. De momento nos da unos monólogos muy divertidos nada más despertarse y cuando le hablamos o le cantamos podemos ver como mueve su boca al ritmo de la nuestra, queriendo imitar nuestros sonidos. Se ríe mucho más con sonidos nuevos y raros, completamente sorprendida y también ha empezado a escucharse. Por eso ahora cuando quiere expresar su disconformidad con algo, la postura, que se aburre, o que quiere hacer otra cosa más entretenida ahora no llora....grita. Debe gustarle mucho oírse porque grita como una descosida parece una pequeña ambulancia en emergencia pero desde luego nos enteramos de que está pidiendo un cambio. Cuando cantamos o hablamos usa un tono mucho más calmado y rítmico, parece que tuviera su propio idioma y gesticula con los labios y la lengua buscando sonidos y expresiones nuevas. Es una gozada verla y escucharla. Va a ser una cotorrilla. Seguramente muchos hemos vivido esta etapa con nuestros hijos y muchos hemos oído algunos estudios científicos del aprendizaje.


El asunto es muy curioso porque ya en el vientre materno el bebé aprende en realidad parte de su idioma materno. No nacemos con el disco duro en blanco sobre el que aprendemos poco a poco. Se ha demostrado que los bebés recién nacidos son capaces de reconocer su idioma. Todos sabemos ya que el bebé reconoce la voz de la madre porque ha estado escuchándola 9 meses (especialmente desde los 6 meses cuando su aparato auditivo termina de formarse). Lo sabemos porque nada más nacer el bebé se calma cuando su madre le susurra y le habla. No hacen falta muchas más pruebas. Pero, ¿cómo saber si reconoce el idioma en que le ha estado hablando su madre?. El estudio es bastante interesante y no parece demasiado invasor para el bebé (me dan un poco de miedo estas pruebas pero con los adecuados cuidados aportan tanto información que desconocemos!!). Se le coloca al bebé una tetina que lleva una conexión a un ordenador y unos cascos. Se programa el sistema para que al succionar rápido se escuche la voz de la madre y al succionar lento otra voz diferente. Evidentemente se registra que el bebé reconoce a su mamá y succiona rápido para mantener su voz. Hasta aquí, lo que ya esperábamos. Lo que me ha resultado más curioso de este estudio realizado por el Dr. Anthony DeCasper de la Universidad de North Carolina es que el bebé también distingue su idioma, el idioma que ha estado escuchando en el vientre materno. Aplicando el mismo sistema se ha comprobado que el bebé reconoce a cualquier persona hablando su idioma frente a otra persona que emite el mismo mensaje pero en otro idioma diferente. El bebé tiene predilección por el idioma que ha estado escuchando desde que tiene capacidad auditiva.

En este mismo estudio también comprobó que los bebés recuerdan textos que la madre les haya leído repetidamente o canciones que les haya cantado...eso explica que Lucía se calme instantáneamente escuchando a Bustamante (sí, soy una friki y escuché al Busta en el embarazo a diario) o que se duerma o ni se inmute ante los ladridos o gruñiditos de Leyre.


Esto nos lleva a otro tema controvertido e interesante....¿cuando un bebé bilingüe (o trilingüe que tengo algún caso bien cerca) aprende los sonidos de ese segundo o tercer idioma? Anoche en el programa Trece14 comentaban que la mayoría de los sonidos son aprendidos de manera eficiente antes de cumplir el primer año y que a partir de ese momento la habilidad va disminuyendo, por eso de mayores nos cuesta tanto aprender sonidos nuevos de otros idiomas. Esto parece ser que se explica porque en ese tiempo el cerebro decide emplear sus conexiones en aprender otras cosas. Esta información es muy útil para poder mejorar los mecanismos de aprendizaje de niños con problemas y también esta actitud del cerebro es útil ya que es la que permite que un niño con ceguera o sordera, por ejemplo, utilice sus redes neuronales en sobre-desarrollar otras habilidades como la vista o el tacto.


Y hablando de la vista...resulta que tiene mucho más que ver en el lenguaje de lo que creíamos porque estudios publicados en Science llevados a cabo por Janer F. Werker de la Universidad de British Columbia (Canadá)en los que han participado investigadores del Parque Científico y la Universidad de Barcelona, han comprobado que los bebés distinguen entre su idioma nativo y uno extranjero ya a los 4 meses de edad sólo a través de la observación de la cara de quien les está hablando. Esta habilidad se pierde aproximadamente a los ocho meses si en el entorno del bebé sólo se habla una lengua. En bebes que crecen en entornos bilingües se mantiene al menos hasta los ocho meses intacta. Esto es...alucinante!! Siempre creemos que la cantidad de información que transmitimos visualmente cuando hablamos es poca en comparación con la información acústica (parece que por teléfono nos entendemos bien). Sin embargo, esto nos demuestra que "hablamos con la cara" y que sólo con mirarnos es posible distinguir nuestro idioma, al menos los bebés lo hacen!. Y todo esto...¿para que puede ser útil? pues sobre todo nos demuestra que un bebé o un niño (o un adulto, pero menos porque la habilidad va disminuyendo) aprenderá mejor un idioma si va acompañado de estímulos visuales.


Este tema es...inmenso y grandioso. Os habéis preguntado alguna vez ¿por qué a los españoles nos cuesta más aprender determinados idiomas, mientras a los rusos, por poner un ejemplo, les cuestan más otros?. De los más de 6500 idiomas que hay en el mundo...nuestro idioma nativo es nuestro principal "enemigo". Para aprenderlo de manera más eficiente nuestro cerebro aprende a ignorar y pulir ciertos sonidos y pronunciaciones y deforma la percepción de los sonidos o incluso de las letras (el árabe a nosotros nos resulta muy complejo porque las letras están TAN juntas que nos cuesta discernirlas!). Esta especie de decisión del cerebro es más rígida con los años y por eso a los adultos nos cuesta tanto aprender un idioma. Esto destierra la idea de que los niños que aprenden más idiomas en la infancia no aprenden otras cosas. Su cerebro es suficientemente plástico como para adquirir nuevos idiomas simultáneamente ya que el cerebro decide no ignorar esas diferencias entre los idiomas que se escuchan y practican.

Es interesante tener en cuenta la opinión de el psiquiatra Daniel Drubach, de la Mayo Clinic, en Minnesotta, quien explica que: “Cuando el niño nace su cerebro está preconfigurado para ciertas actividades, que las llamamos universales". Siendo el lenguaje verbal el que está presente en todas las culturas humanas. Nunca se encontró una cultura que no hable. Lo curioso es que el lenguaje está preconfigurado pero el idioma no. El idioma es puramente un resultado de la cultura. Esto es interesante porque entre todos los idiomas hay muchísimas similitudes. Inclusive, los lingüistas dicen que no hay ninguna diferencia de fondo entre el chino, el inglés y el español, por ejemplo. Que lo único que difiere es el símbolo. La estructura del lenguaje es igual en todas las culturas. Supongo que esto explica que aunque nos vayamos a la conchinchina nos hacemos entender con todo el mundo. Yo estuve en Korea hace unos años y en mi empeño por hacerme entender usaba el inglés y el español todo remezcladito, y ellos me entendían aunque no tenían ni papa de ninguno de los dos idiomas. Pero la estructura de las frases, los gestos, y ese lenguaje visual que los bebés tienen tanta habilidad para detectar deben ser la clave, sin duda.


Ahora me planteo si hablar a Lucía en dos idiomas, aunque dado que mi cerebro no tiene aprendidos ciertos sonidos (aprendí inglés ya de adulta, así que es un inglés un poco macarrónico..) no sé si le será muy útil. Quizá es buena idea que vea dibujos, imágenes, juegos en inglés y que hable con otros niños...es lo más que puedo hacer....ahora, eso sí! el andaluz de su padre lo aprende fijo!! Bueno nos saldrá bilingüe...ozú! que apañá va a salí la sshiquilla!. Jajaja.

Otro día os cuento cómo aprenden a hablar y el pseudo-idioma que las mamis nos inventamos para hablar con nuestros hijos....es que esto de "bloguear" me está gustando.

Mientras podéis contarme cositas si os apetece, ¿qué es lo primero que dijeron vuestros peques?, ¿cuántos idiomas hablan, cuáles os gustaría enseñarles? ¿qué canciones o cuentos les leíais antes de que nacieran?

jueves, 17 de noviembre de 2011

Que te como!!

Al final me he decidido...voy a empezar a escribir un blog. No sé que saldrá de todo esto ya que no sé si lo que escribo será interesante, si lograré encontrar tiempo, o si decidiré no escribir más....pero al final y tras mi enganche a multitud de blogs he pensado en crear el mío y tratar de alimentarlo con mis experiencias y peripecias.

La primera entrada la he titulado que te como!! porque quizá es lo que más he dicho a mi niña desde que nació y es que.....me la comería enterita!!!! Ella es la responsable de todo esto, del cambio más importante de mi vida, de que se haya abierto frente a mi un mundo de maternidad consciente impresionante, lleno de riqueza, de sentimientos nuevos, de conocimiento, de responsabilidad, de alegría permanente....desde que pensamos en ser padres sabía que la aventura sería maravillosa...pero no imaginé que tanto!! mi chiquitina tiene ya 4 meses pero nuestra aventura empezó 2 años antes....cuando decidimos ser una manada.


Y es que este blog va de una manada formada por una mamá que escribe, un compañero de viaje admirable y adorado, una niña que me comería a besos y una perrita maravillosa, de sus aventuras, de todo lo que hacemos juntos y de lo que sentimos....porque estamos llenos de ganas de vivir, de compartir y de disfrutar....y quizá contarlo aquí.

Quiero contaros cosas muy dispares, cosas que hacemos juntos, contaros mis íntimas reflexiones, que sé yo...mi visión de la maternidad totalmente compatible con muchas cosas pero desde luego incompatible con una igualdad malentendida donde se pretende que abandonemos nuestra priviligiada posibilidad de vivenciar la maternidad. Otras mucho más sencillas y divertidas como descubriros como hacer que tu perrito sea un artista y que te lo pases pipa con él, como hacer que además adore a tu bebé y sean perfectamente compatibles en tu vida ( después de acabar hartita de comentarios sobre el tema ). Puedo daros ideas que a mí me funcionan para conseguir que viajar con niños y/o perros no sea una aventura imposible. Me gustaría hablar de la lactancia que siendo una de las experiencias más maravillosas de la vida de una mujer, es compatible con que la mamá sea hiperactiva, viajera y moderna (que parece que hay que recordar que la lactancia es compatible con los tacones y las reuniones importantes!)....resulta que para colmo soy científica, así que mis inquietudes son interminables....se me ocurren tantas cosas...pero voy a intentar dosificarme que acabamos de empezar.

Con esta especie de declaración de intenciones y con mi chiquitina en su teta empiezo a entender lo del canibalismo que se hablaba estos días a raíz de la entrevista a un conocido político (que el muy bobo tildaba de canibalismo la lactancia, bueno que en realidad decía talibanismo..no sé que es peor! (puedes escucharlo aquí) ...en fin, tontos hay por todas partes)...pero es verdad que en quien produce ganas de canibalismo es en mí!! que sin dudarlo me la comería entera!!!! porque no puedo dejar de mirarla, porque no puedo dejar de acariciar sus bracitos suaves, porque sus sonrisas cómplices no me permiten olvidar que eres lo mejor que he hecho en mi vida y que mi vida desde que existes es más vida!. Y que quizá estos son sobrados motivos para empezar un blog. A ver que sale...