martes, 1 de mayo de 2012

Luchando por un parto normal

Hasta ahora no he tocado en el blog temas relativos al parto porque conociendome sé que sólo podría escribir entradas eternas, quizá por lo reciente que tengo mi parto y por el esfuerzo reivindicativo que le estoy poniendo a que las cosas empiecen a cambiar aunque sea haciendo minicampañas personales de tú a tú con próximas mamás (pobres de mis alumnas, que hasta a ellas les suelto de cuando en cuando alguna perla, ellas que viven aún en el universo postadolescente). Pero aunque sea brevemente no puedo dejar de tocar el tema después de ver el programa Baby Boom estrenado recientemente en la Sexta donde claramente se ha dejado en evidencia que parir normal en España es muy difícil. Y es muy difícil porque con demasiada frecuencia (casi siempre por desgracia):
1. Los ginecólog@s son excesivamente intervencionistas.
2. Las matronas/matrones toman las riendas del parto y dirigen el parto a su antojo.
3. Las madres han sido destronadas de su posición de parturientas poderosas y suelen sentirse atemorizadas y se dejan llevar.
4. Los padres son meros espectadores (cuando les dejan) de un trámite en el que creen que sólo tienen que evitar estorbar.

Evidentemente todos los participantes son responsables de que en los hospitales las cosas funcionen mal y de que muchos partos sean como los que se retrasnmitieron en el programa o peores y que encima la sociedad española siga creyendo que eso es lo normal e inevitable. Pero también es cierto que la situación de poder en la que se encuentra un médico que si no te inmoviliza y te monitoriza te dice que puedes estar poniendo en peligro la vida del bebé o una matrona que te asegura, con toda su empatía eso sí, que eres muy estrecha para que eso salga solo y que ella está ahí para salvarte de semejante problema, hace que los puntos 3 y 4 sean casi inevitables.

Empiezo por el final, el trabajo para cambiar los puntos 3 y 4 debe hacerse desde el momento en que una pareja sabe que espera un hijo. Es imprescindible prepararse, informarse, leer, asistir a conferencias, hablar con especialistas, médicos, matronas, asesorarse sobre el tipo de parto que se desea tener, hacer ejercicio, preparar la zona, tener conciencia de nuestro propio cuerpo, interiorizar el proceso de parto, conectarse con el bebé.....y sobre todo empoderarse y saber que el parto es tuyo y si cuentas con pareja, es vuestro y que juntos se puede hacer un gran trabajo de parto.
Si todo esto se realiza y se tiene claro, se puede llegar al hospital, clínica, o parir en casa en otras condiciones y con otro enfoque, teniendo claro y sabiendo de antemano que "la que va a parir soy yo". Es decir, es fundamental olvidar el "que me lo saquen", "vengo a que me preparen el parto", etc que evidentemente regalan la responsabilidad del parto al sanitario que atiende y en ese momento, estás vendida a su voluntad y a sus costumbres, que pueden ser respetuosas y poco intervencionistas (tendrás suerte!) o todo lo contrario (déjame decirte que la has "cagao").


Sobre el punto 4 me da para escribir otra entrada completa, pero voy a intentar resumir (uff..este tema me enciende!). El papel de los padres (pareja, amiga, compañera, madre, Doula, o quien quiera que te acompañe en el parto) es fundamental. Y lo es porque crea un clima de confianza, de serenidad, de templanza, que permite a la madre despegar al planeta parto y desaparecer de los problemas terrenales (de las analíticas, habitación, entradas o salidas de gente, ruido del pasillo, luces de hospital, olor no familiar)....el acompañante, el padre en la mayoría de los casos debe ser el referente, el punto de apoyo que permita a la madre perderse en sus hormonas, abrirse (nunca mejor dicho) hacia la llegada del bebé y que esté a su lado para todas sus necesidades durante el proceso.

Está ahí para achuchar, masajear, darle agua, abanicar, levantar, tumbar o duchar a la mamá, para ser el poste sobre el que viva las contracciones, para respirar con ella, para que la madre sepa que no está sola, para que alguien recoja sus gritos y sus gemidos y la acompañe en entrar en el trance del parto. Para que no se sienta avergonzada, para que se sienta soportada y animada. Si quitamos esta figura de su lado....¿cómo no queremos que se muera de miedo?. ¿Qué es eso de "ponte ahí donde no estorbes"? Pero si estorba menos que todos los que hay en el paritorio!!!. Y por favor, que no están en el parto para estar de cháchara ni para dar conversación a los enfermeros (en el programa no dejaban de hablarles, así estaban, desconectados, nerviosos...como van a transmitir tranquilidad así?). Deben estar metidos en el parto también, sabiendo que forman parte de esa etapa de la vida de su hijo, de su nacimiento, nada más y nada menos!. No dejemos que pierda su rol, su papel fundamental en esta historia. Luego decimos que si los padres tardan en conectarse con el bebé, que no viven el parto igual, que si ellos son espectadores....es que no les dejamos hacer lo que tienen que hacer!!.


Dejemos que se impliquen, dejemos que se preparen el parto con las mamás, involucremosles en todo el proceso y cuando agarrando la mano de su amada, griten con ella para el último empujón o cuando recojan con sus manos a su bebé....veremos si conectan o no con su hijos. No se lo pongamos más difícil, no obviemos este apoyo fundamental para las madres.

Tras entonar el "mea culpa" y aclarar la importante responsabilidad que tenemos madres y padres (o acompañantes en general) en la historia, pasemos al punto 1 y 2. Lo cuento así en este orden para evitar susceptibilidades.  Esta mañana una matrona contaba que se sentía agredida y ofendida por la revolución en contra de la violencia obstrética   (si no lo conoces y alguna vez te has sentido violenta en la consulta de un ginecólog@, echa un vistazo). Quería dejar claro que evidentemente todos tenemos nuestra parte de culpa en esta historia, pero que asumida esa responsabilidad el trabajo de muchos médicos y matronas en España deja mucho que desear como se evidencia en las historias de muchas mujeres que se han unido al movimiento y sin ir más lejos en los partos mostrados por televisión en el programita de marras. Aclaro que esto no es un ataque a ninguna de las dos profesiones.
Evidentemente juegan un papel fundamental en que los partos con complicaciones sigan adelante felizmente y  que madres con verdaderos problemas en el parto pueda abrazar felices a sus hijos gracias a la importantísima labor de estos profesionales. Lo que queremos defender es nuestro derecho a un parto normal cuando las circunstancias lo permitan (cosa que suele ocurrir más frecuentemente cuanto menos se interviene). Recordemos que el parto no es una operación quirúrgica, es una acto natural para el que estamos preparadas "de serie". Con esto (creo que hablo en nombre de las que hemos criticado severamente el programa y los protocolos que se han mostrado) no estamos agrediendo al colectivo de las matronas ni al de los ginecolog@s. Estamos defendiendo nuestro derecho a tener un parto normal y respetado, no medicalizado (o evitando los excesos innecesarios que suelen contribuir a calmar y también paralizar el proceso a costa de un mayor margen de maniobra para el sanitario) y en el que la principal protagonista sea la madre que pare y el hijo que nace, no el ginecologo/a que interviene o la matrona que "dirige" el parto.

Si las matronas hacen su trabajo bien, como observadoras cuando hace falta e interviendo cuando es necesario y las madres asumen por completo su responsabilidad como parturientas (no atemorizadas, ni mal aconsejadas para facilitar la labor del sanitario y no favorecer que para más fácilmente sin ayuda) y los ginecolog@s intervienen sólo cuando hacen falta, todos los bebes llegarían al mundo en un clima mucho más humanizado y las madres tendrían un grado de satisfacción de su parto mucho más alto. El problema es considerar normal o aceptables las actitudes que se ven en este programa y que solo roban el protagonismo a las madres a las que se les quita el poder de elegir como quieren parir. No hay más que ver las posturas (algunas incluso atadas....sí, sí atadas, lo visteis bien?), críticas para una buena dilatación (yo no las vi ni paseándose, ni movilizando la pelvis, ni nada similar), medicalizacion por sistema, episotomias por decreto (si no, no sale ¿?), rotura de bolsas injustificadas, maniobras obsoletas y no recomendadas (se vio un Kriteller en toda regla) y si ya incluimos las pérdidas de sensibilidad y hasta educación que se ven en una sala de partos (o los comentarios que se hacían fuera) pues para que queremos más....menudo momentazo de parto. Si parecía el camarote de los hermanos Marx con gente charlando, metiendo mano, entrando y saliendo, luces como en un estadio de futbol, padres acobardados sin papel alguno y madres tumbadas abiertas de patas exponiendo el nacimiento de su hijo a los criterios de personas de las que no conoce ni el nombre.

Y aún así nos emocionamos (sí, para todos es emocionante, aunque sea en esas condiciones y con eso también juegan para que el programa tenga éxito, ojo! que al fin y al cabo a ellos les interesa la audiencia) cuando los bebés por fin están en brazos de su madre. Poco nos dura la emoción, eso sí, cuando el bebé se separa de la madre para pesarlo (¿no hay tiempo después?), cuando se ve que no se fomenta la lactancia instantánea (¿han probado que dejando al bebé sobre la madre repta hasta el pecho?) o cuando de nuevo se resta protagonismo a la madre atribuyendo el éxito del parto a las matronas que lo ha dirigido y no a la parturienta, que al fin y al cabo, lo ha parido, caramba! Es más, lo habría parido incluso sin matrona, sin padre y sin enfermeros! De quien es el mérito??

El problema es ver esto y como madre, asumir que eso es lo normal, porque entonces es que nos han contado mal la historia y como matrona o gine,  no criticarlo y sin embargo sentirse ofendidos, porque da que pensar que entonces tambien lo ven normal.

Las principales personas que me convencieron de que eso no era un parto normal y me animaron a exigir un parto respetado (y lo conseguí, mi matrón no se leyó mi plan de parto pero no paramos de recitárselo y conseguimos que interviniera poco) fueron precisamente matronas que respetan los partos, que saben que el mejor parto es aquel en el que una madre es consciente de que lo tiene que parir y que se apoya en la matrona que observa atenta y que, excepto si hay complicaciones (que para eso está y se ha preparado) deja que las cosas ocurran solas.

Menos mal que hay matronas que están cambiando, que se están renovando, que está asumiendo su papel frente a ginecolog@s que se empeñan en intervenir y que tambien difunden la necesidad imperiosa de cambiar las cosas. Lástima que viendo el programa hemos visto pocas matronas así y tenemos que asumir que aún quedan muchas cosas por cambiar, en la mentalidad de las madres, de los padres y de los profesionales que participan en el proceso, hay que tocar todos los frentes.

A este respecto no puedo dejar de citar la conferencia a la que asistí en las II Jornadas de Empoderamiento de la Mujer en Málaga donde la matrona Blanca Herrera lo explica todo desde su punto de vista profesional y también desde su punto de vista como madre de tres hijos: Conferencia Blanca Herrera.

Quedaría aún mucho por decir pero quiero al menos dar salida a parte de las cosas que se me pasan por la cabeza viendo el programa (que por cierto, dejé a medias y me metí en la bañera con mi hija porque me estaba poniendo enferma, lo confieso no logré verlo entero) porque me da rabia que se asuma que así deben ser los partos. No queridos, no. Así no deben ser los partos. Que esos partos, traen al mundo niños sanos, vale. Que hemos mejorado mucho desde la antigüedad y disminuido los porcentajes de muertes y complicaciones y que ya no son partos en la selva, vale. Pero eso no hace que debamos admitir cualquier cosa.

Por otro lado, y aunque no tengo absolutamente nada en contra de los partos en casa, más bien al contrario, suelen ser mucho más relajados, placenteros y las experiencias que he escuchado de primera mano son muy positivas, creo que no hay que dejar en el aire otro argumento con el que me encuentro últimamente: "Si no te gusta como se hace en los hospitales, o si quieres un parto a tu medida, pues quédate en tu casa, no van a estar en un hospital atendiendo tus caprichos". No, no. Eso tampoco lo admito.


Tengo derecho a exigir un parto respetado en un hospital y no parir en casa si no me apetece. Es como si tuviera que consentir que me operaran del apéndice pero haciendome pasar un mal rato psicológico previo, aguantando que me digan que como me queje lo mismo me perforan y me quedo en el sitio y que si no me interesa que me vaya a mi casa. No, no. Hay unos mínimos que podemos y debemos exigir. No podemos parir en un hospital pagando estos precios tan altos, por muy sanos que salgan los niños. Podemos y debemos exigir que a parte de que el bebé esté sano, y de que haya sufrido lo menos posible, la madre tenga el mejor de los recuerdos de su parto, que su contribución haya sido máxima y que se haya sentido respetada.

Quiero poder parir en un hospital sin tener que protestar para que me traten bien, que me dejen mis tiempos y que me traten con sensibilidad y respeto. Y para ello lo tengo que exigir, antes, participando en movimientos como estos, durante, empoderándome y manteniéndome firme durante el parto segura de mis derechos (que no deberían tambalearse con tanta facilidad) y después, para los partos venideros, de otros hijos, de otras madres y de mi propia hija cuando para.

Hay que cambiar las cosas y no estoy dispuesta a contener las palabras ni ser comedida a este respecto.

Una puntualización, hablo de parto normal porque así lo es cuando la intervención es la imprescindible y cuando el parto transcurre sin complicaciones. Antes lo llamaba parto natural pero comprobé que se colgaban muchos prejuicios a ese nombre (naturalista, ecomadre, salvaje, anticuada, antimodernidad, anticiencia, hippie y muchos más)....así que utilizo el nombre que creo le corresponde a un parto seguro, moderno (monitorización esporádica, por ejemplo), en un entorno protegido por especialistas (en hospital o en casa, sí, sí, cuando se pare en casa también van especialistas :O), y normal. Normal y natural como la vida misma. El parto que todas deberíamos tener, si nos dejan.

Al menos ya tenemos el Plan de Parto y Nacimiento elaborado por el Grupo de Trabajo creado en el seno de los Comités Institucional y Técnico de la Estrategia de Atención al parto Normal y de Salud Reproductiva. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Dudo mucho que las mujeres del programa de la Sexta hubieran entregado su Plan de Parto previamente, aunque hubiera sido un gran punto a su favor. Este es un primer paso, pero aún queda mucho por hacer también en este sentido. ¿Por qué?

Pues primero porque en algunos hospitales no se sabe que son los planes de parto O_o, ainsss. En otros aún no se los leen (en el mío no se lo leyeron, por ejemplo).  En otros se lee pero a la hora de la verdad se condiciona a la madre para que obvie sus peticiones y así al final, las cosas son como son.

Por ejemplo, típico proceso: no te dejan moverte porque te monitorizan aunque no haya una causa objetiva (a mi última amiga la monitorizaron porque así era más fácil "controlar" a varias parturientas a la vez....ni que fueran una panda de gallinas desbocadas...), y el parto se para y te plantan oxitocina sintética y te mueres del dolor, y te ponen epidural (porque te la ofrecen unas 25 veces en plena contracción y te dicen que eres tonta por sufrir) y pongamos por caso que el parto se eterniza, pero no hay tiempo para esperar porque para monitorizarte fija te rompieron la bolsa y ya vamos cuenta atrás y entonces, reloj en mano, te insisten cada media hora, todavía vas por 4 cm?, y cuando tras 12 horas dilatas, van y te aprietan la barriga (para ayudar ¿?) y entonces te hacen una episotomía porque sino te vas a desgarrar hasta morirte casi....pues claro, luego te dicen que te habían vendido que muy bien lo del Plan de Parto pero, en realidad, sin ellos, "a ver que habrías hecho"....entonces vamos mal.

Porque lo que no te han dicho es que a lo mejor sin ellos tu parto habría sido mucho mejor. Quizá al día siguiente, quizá con un pequeño desgarro natural, pero mucho menos traumático para tí y para tu pequeño. En el caso de mi amiga, pongo como ejemplo, como esto ya le pasó en el primer parto, le insistí en que aguantara un poco más (vía telefónica tuve la suerte de ser más convincente que la matrona de turno) en 2 horas estaba dilatada completa y pariendo a su criatura sin un sólo puntito. La misma madre, la misma vagina, el mismo peso de bebé, distinta preparación para el parto, distinta matrona.


Asumamos la responsabilidad que nos corresponde, seamos madres paridoras conscientes, pero no dejemos que nos impongan un parto no respetado. Quizá para cambiar todo esto es tan importante reaccionar y por eso la red vuelve a estar más viva que nunca en contra de la violencia obstétrica. Por eso, ante hospitales así sólo me queda recomendar el uso del Plan de Parto Subversivo de Lady Vaga que seguro que lo entienden dada su claridad.

Felices partos, no olvidéis que el El Parto es Nuestro. Y no, lo de Baby Boom no son partos normales.

El carnaval de blogs sobre Baby Boom ha sido organizado a través de twitter por un grupo de madres cansadas de ver como la violencia obstétrica se ha normalizado en nuestra sociedad hasta el punto de que sea considerada la práctica "normal" y deseable.

Quienes queráis uniros a la iniciativa y expresar vuestra opinión podéis hacerlo tanto a través de entradas en vuestros blogs como a través de twitter o facebook usando el HT propio del programa #Babyboom o el alternativo #babibun